Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

¡Cuidado con el orgullo!

Proverbios 6:16-17 “Seis cosas aborrece Jehová, y aún siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa”.

El orgullo es el pecado más antiguo que existe. Satanás y sus ángeles cayeron por el orgullo, no estaban satisfechos con el lugar que Dios les había asignado en la creación y quisieron subir más alto y se corrompieron totalmente (Ezequiel 28:17). Fue también el orgullo, el que arrojo a Adán y Eva fuera del paraíso y es así que el pecado, el dolor y la muerte entraron al mundo por la puerta del orgullo.

Dios nos advierte continuamente en su Palabra que debemos cuidarnos de este pecado. En el Salmos 138:6 dice el salmista: “porque Jehová es excelso y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos”. El orgullo es un pecado que provoca la ira de Dios, en el Salmos 119:21 dice: “Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos”; Dios les llama malditos a esa clase de personas. La maldición está reservada para los hombres soberbios y tarde o temprano la soberbia del hombre será humillada.

Cuando Roboam heredo el reino, menosprecio el consejo de los ancianos expertos que habían servido a su padre y decidió prestar oído a los que eran  inexpertos como él, y el reino se dividió por la locura de Roboam (1 Reyes 12:8). Lo mismo ocurrió con el hijo pródigo, que creía que era suficientemente sabio como para independizarse de su padre y termino comiendo comida para cerdos (Lucas 15:11-32).

Querido hermano ¡Cuídate del orgullo!, no te enorgullezcas de tus propias habilidades o de tus propias fuerzas, o de tu conocimiento y mucho menos de tu apariencia; Primero, porque todo lo que tenemos proviene de la mano de Dios, segundo: porque todo lo que tienes hoy puedes perderlo mañana. Proverbios 13:1 nos dice: “El hijo sabio recibe el consejo del padre, más el burlador no escucha las reprensiones”. ¡Seamos humildes para reconocer que necesitamos siempre a Dios para que guíe nuestras vidas y de esa manera poder honrarlo!