Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Hombre de Dios (2ª parte)

1 Reyes 17:5-7 “Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. Pasados algunos días se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra”.

El cuervo para el israelita era un animal inmundo, un animal que no se debía comer. Y Dios usa esta ave para llevarle comida al profeta. Los cuervos, se alimentan de carroña, de animales muertos y a veces hasta de sus propias crías; pero Dios, dijo que ellos proveerían su alimento. Dios cumplió lo que prometió, esa es la fidelidad de Dios para con nosotros.

Muchas veces Dios te humilla y envía cuervos a alimentarte, para que tú veas la misericordia y bondad que él tiene contigo. Debes estar contento con lo que tienes, porque Dios te está sosteniendo.

En el versículo siete nos dice que el arroyo se secó, y este fue un recordatorio para Elías, para que supiera que no hay nada estable debajo del sol. Debes estar preparado para los cambios repentinos en tu vida. Muchas veces, confías en el Señor cuando no tienes problemas y adversidades, pero, aun cuando se seque el arroyo debes descansar  y confiar en él Señor y en sus beneficios.

Así como Dios preparo a Elías, así también te prepara a ti, para que seas útil en su reino. Dios te seca el arroyo, para que entiendas que él es justo, bueno y bondadoso. El arroyo no es nada; es algo temporal y tú merecías una condenación eterna. “Pero Dios, mostro su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

“Al que no conoció pecado, Cristo lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).

No importa que se seque el arroyo, ya tienes el mejor regalo que puedas tener, al Señor y Salvador Jesucristo. Prepárate para que resplandezca la gloria de Dios en tu vida.