Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Ejemplo de amor (1ª parte)

Juan 13:4-5 “Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido”.

Sabiendo Jesús que él iba a morir en unas horas, él les lava los pies a sus discípulos. Este es el amor de Jesús, el amor al que debemos aspirar. El amor va a implicar que yo tenga que hacer cosas en favor de los demás, en momentos inoportunos para mí. “El amor no piensa en sí mismo, no busca lo suyo, todo lo soporta” (1 Corintios 13:5-7).

Ese gesto de Jesús simbolizaba su sacrificio por nosotros, su humillación en beneficio de nuestra limpieza. El amor de Jesús fue hasta la cruz y nosotros tenemos que amarnos los unos a los otros como Cristo nos amó.

Cristo sirvió y amo de manera incondicional, le lavo los pies a Pedro que más tarde lo iba a negar; a Judas que lo iba a entregar.

El servicio no tiene que ver con mi categoría, con mi nivel en la escala jerárquica de una iglesia, familia o empresa. Jesús no tuvo en cuenta que él era Dios, puso eso a un lado e hizo lo que el otro necesitaba que el hiciera para amar al otro.

Es muy fácil servir hacia arriba. Servimos a nuestros jefes, a nuestros superiores. Pero, cuando se trata de servir hacia el que menos tiene, hacia el que no me puede corresponder el favor, ahí tenemos problemas. El amor de Cristo no considera el estatus personal para servir y amar a otros.

Dios se humillo hasta lo sumo, para nuestro beneficio, para amarnos. Filipenses 2:6-8 dice que “siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó así mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres y se humillo haciéndose obediente hasta la muerte de cruz”.

Cristo dio su vida por ti y gracias a eso tú tienes vida eterna. Cuando tú amas de esa manera, con gracia y sin problema por el beneficio del otro, entonces tú estás ilustrando lo que Cristo hizo por ti. Ese amor sacrificial en favor del otro es el sello distintivo del cristiano.

1 Juan 4:7-8 dice: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”.

Todo esto es un recordatorio de lo mucho que hemos sido amados y como consecuencia como es que nosotros debemos actuar y amar al otro. El amor es costoso, pero trae mucho gozo cuando lo vivimos.