Lucas 11:2 “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”.
El Señor Jesús nos enseña en el “Padre nuestro” nuestras prioridades, y la primera es: Que el nombre del Señor sea santificado, reverenciado, honrado, alabado y engrandecido.
El salmista dice: “Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre” (Salmos 34:3), y Nehemías 9:5 nos dice: “Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad”.
Como segunda instrucción, el Señor dice: “venga tu reino”. Al decir eso, estamos diciendo: “que su voluntad sea hecha. Y para que la voluntad de Dios se haga en nuestras vidas, él debe ir destruyendo mi voluntad y mi reino. Y cuando el reino del evangelio va entrando en mi vida, esos reinos van cayéndose.
La oración es dejar la dirección de nuestras vidas en las manos del Padre. Lo que más necesitamos es que Dios arregle lo que está mal. Por eso Jesús nos está enseñando a clamar a Dios
Que en este año podamos aprender a orar, para que cada palabra y nuestro estilo de vida sean para la gloria de Dios.