Efesios 1:13 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espirítu Santo de la promesa”.
Pablo dice que los creyentes fuimos sellados con el Espíritu en el momento de creer en Cristo. Y ese Espíritu es el sello y la garantía de que recibiremos nuestra herencia cuando el Señor Jesucristo regrese. Ese Espíritu, que mora en nosotros, está haciendo una obra, muchas veces imperceptible en nuestras vidas.
Nosotros tenemos luchas, tentaciones, y caídas lamentablemente; En Gálatas 5:17 dice: “el deseo de la carne, es contra el Espirítu, y el del Espirítu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”.
Pero el Espirítu Santo está ahí, en el corazón del verdadero creyente, para sostenerlo en medio de todas las dificultades que tenga que enfrentar en la vida.
Es por causa de esa obra sobrenatural, que seremos preservados hasta el fin.