Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

¿Cuál es tu gigante?

1 Samuel 17:23-24 “Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los don campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y hablo las mismas palabras, y las oyó David. Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor”.

En el versículo1 dice que los filisteos se reunieron para la guerra, ósea, que no fueron los israelitas que buscaron esta guerra, sino que la guerra vino a ellos. Y esto es un recordatorio de la promesa de Jesús que nos dice: “que en el mundo tendremos aflicción” (Juan 16:33).

Al pueblo de Israel se le había olvidado que el Señor peleaba sus batallas por ellos, así como hoy en día se nos olvida  a nosotros y pensamos que no necesitamos a nadie.

Siempre hay un enemigo, siempre hay una batalla. Y a la hora del problema no vas de inmediato en oración, pues crees que puedes tú mismo. Eso implica que debes aprender a confiar más en Dios, y te tienes que arrepentir de ese orgullo, de creer que puedes solo.

En el v26 llega David y trae a Dios, David le recuerda al pueblo de  Israel quienes eran ellos y contra quien se estaba enfrentado Goliat.  Hay una gran diferencia entre ver las cosas como Dios las ve, y como el hombre las ve. David fue el ejemplo de hombre que trataba de ver las cosas como Dios las veía.

Cuando enfrentas algún problema o situación adversa la mayoría de las veces buscas la solución por ti mismo, antes de correr con Dios en oración y refugiarte en él. O a veces usas a Jesús como un amuleto de buena suerte y piensas que con solo mencionar su nombre los problemas se van a resolver; Estas tan asustado como lo estaban los israelitas.

Este texto nos enseña que debemos estar firmes en la fe y ser como ese David que creyó y se enfrentó a ese gigante diciendo: “yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel” (1 Samuel 17:45). 

En Hebreos 11 vemos a un grupo de gigantes en la fe, incluyendo a David. Y Hebreos 12:2 nos dice: “puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de la fe”.

La historia de David y Goliat es un llamado a la fe, a confiar en Dios. No confíes en tus fuerzas, no confíes en tus riquezas, no mires como mira el hombre. Pide perdón a Dios por tu falta de oración, por mirar a los lados, en vez de mirar hacia Dios, por esa falta de confianza. La batalla cristiana se gana rindiendo las armas y dependiendo de Dios.