1 Corintios 6:9-11 “¿No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredaran el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”.
Dios transforma vidas, y lo ha hecho a lo largo de toda la historia. Dios es el único que de verdad tiene poder para transformar los corazones.
En la iglesia de Corinto había gente que había dejado atrás su vida pasada. En corinto había ex fornicarios, ex adúlteros, ex afeminados, ex borrachos, etc. Así que tú también puedes ser ex de lo que quieras. Porque con el poder de Dios dejamos atrás lo que éramos.
Dios puede cambiar tu vida, aunque pienses que contigo no hay remedio, a pesar de los pecados que hayas cometido, a pesar de lo desastrosa que pueda ser tu historia, Dios es el único que puede cambiarte.
En este pasaje hay una conexión entre la vida presente y la vida futura. Por lo tanto, no puedes decir: soy de Cristo, pero mi vida es la misma. No es que vivas una vida correcta para ganar el cielo, NO, esos son méritos; mira lo que dice Efesios 2:9 “no por obras, para que nadie se gloríe”. Sino porque Dios ha cambiado tu naturaleza y ahora eres un hijo de Dios, y como evidencia de ello hay fruto de buenas obras en tu vida.