Efesios 2:1 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”.
Cuando te acercas a la Palabra de Dios, comienzas a ver la gravedad de tu pecado, y a veces solo esperas que Dios te diga que solo tienes gripe, pero el diagnostico de Dios es que estas muerto, muerto en tus delitos y pecados.
El pecado y tu separación de Dios es el principal problema que tú tienes. Tu estas preocupado por tus problemas, pero ese no es el problema. El verdadero problema es que tu alma necesita del Dios vivo, y hasta que no des el paso de acercarte a él, estarás perdido.
Adán y Eva estaban felices en el paraíso, hasta que comieron del fruto y tuvieron temor (Génesis 3:6-10). El temor proviene del pecado y el sentir esa tremenda separación de Dios. Lo primero que necesitas es estar cerca de Dios, este es el principio del cambio. Lo primero que sucede en el quirófano de Dios, es que el rompe el hueso del orgullo. El principio del cambio es reconocer tu desesperada condición y suplicarle al Señor que haga un cambio en tu vida, reconociendo tu incapacidad para hacerlo por ti mismo. Después de que Dios rompe tu orgullo, comienza a brotar de tu alma un sincero arrepentimiento, una sincera fe.
Romanos 5:8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Cristo se entregó en la cruz del calvario y derramo su sangre para que fueras lavado en su sangre y pudieras ser como él.
¿Recuerdas la iglesia de corinto?, ellos habían dejado su pasado atrás, porque habían sido lavados, santificados y justificados por Jesucristo (1 Corintios 6:11). Ahora que has sido lavado necesitas dejarte guiar por el Espíritu en una nueva vida.