2 Corintios 4:5 “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús”.
Hoy día hay muchos predicadores que se predican así mismos; hay muchas personas que se están levantando y hablando más de ellos que de Cristo. Debes ser muy sabio y discernir lo que estas escuchando, y para ello es necesario que escudriñes y medites en la Palabra de Dios. Como creyente tienes la obligación de meditar en su Palabra. Hoy el cristianismo se ha vuelto muy flojo e irresponsable porque no lee y no examina esas enseñanzas a la luz de la Palabra de Dios.
Estamos en tiempos donde habrá “comezón de oír”. Las personas van a querer escuchar lo que ellos quieren oír. La Biblia dice: “que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos, porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, que tendrán apariencia de piedad, pero negaran la eficacia de ella” (2 Timoteo 3:1-5).
Y Mateo 7:15 nos dice: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”.
El hombre siempre quiere tener el control, el dominio, y siempre guiarse bajo sus propias ideas y términos. En las personas abundan las malas obras y solo por medio del Espíritu Santo puedes dar frutos y obrar conforme al corazón de Dios.
Pablo aclara: “sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos”. Se debe predicar a Jesucristo como el amo y Señor, y nosotros como siervos de él.
No te dejes sorprender por nadie, rinde tu vida al señorío de Cristo y deja que su Espíritu te guíe a toda verdad. Ama su Palabra y atesórala en tu corazón. Salmos 119:105 dice: “lámpara es a mi pies tu palabra y lumbrera a mi camino”. Que la Palabra de Dios sea esa luz que te guíe y si escuchas algo que no está en la Biblia no lo creas.