1 Pedro 1:15-16 “sino, como aquel que nos llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.
Santo es ser apartado, consagrado para el servicio a Dios. En el antiguo testamento cuando Dios santificaba algo, esto era apartado del uso común y era separado única y exclusivamente para el servicio para Dios. Los utensilios que se usaban en el templo eran de uso exclusivo para el templo; Porque a lo que Dios ha llamado santo es porque lo ha separado de lo común, lo ha separado para el uso exclusivo del servicio a Dios.
Nosotros somos llamados a ser santos, Dios nos ha apartado por su gracia de lo común, nos ha separado para él. Hermano, tú y yo le pertenecemos de una manera exclusiva a Dios, tú y yo no nos pertenecemos a nosotros mismos, no podemos vivir como nosotros queramos, nosotros fuimos comprados a precio de sangre, 1 Corintios 6:20 dice: “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
Cristo nos compró en la cruz del calvario para apartarnos de este mundo pecaminoso y separarnos para su gloria. En Efesios 1:6 dice: que Dios nos tomó para alabanza de la gloria de su gracia”.
Esta exhortación de ser santo no solo es cuando estamos en la iglesia o en aquellos momentos que nos están observando, no. Pedro es claro y nos dice: “sed santos en toda vuestra manera de vivir”. No debe existir un área en nuestras vidas que no esté separada para el uso exclusivo para Dios. Nuestro Señor no compro solo una parte tuya, él te compro entero; Por lo tanto, el Señor tiene todos los derechos reservados de ti y tú tienes su sello. Que todo lo que tú hagas refleje que le perteneces a él.