Marcos 1:19-20 “pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron”.
En la cultura judía esto era sumamente algo radical, porque la identidad de una persona provenía de su familia, cada uno era conocido como el hijo de… Pero el llamado de Jesús es a ponerlo a él como nuestra prioridad por encima de cualquier otra cosa de este mundo. Él te está pidiendo que todo lo demás tiene que pasar a un segundo plano.
Zebedeo era un hombre rico, él tenía un bote con siervos pero cuando pasó el Señor Jesús y les dijo que lo siguieran ellos de inmediato lo dejaron todo para seguirlo.
La palabra fanático es una palabra que suena muy radical, pero mira lo que dice Lucas 14:26 “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo”.
Jesús no pide excusas. Este es el llamado de Cristo a todo aquel que quiera seguirle. El Señor quiere que le sigas de una manera completa, intensa y duradera.
Dios quiere el 100% de tu vida, esto no depende si tú quieres hacer lo que él te pide, tú sigues a Cristo sin importar lo que venga en el futuro y sin importar por cual camino él te quiera llevar. Él es lo suficientemente bueno y lo suficientemente sabio para decidir qué es lo mejor para ti.
Él es el Rey que murió en tu lugar en la cruz del calvario. Su llamado es radical porque su amor es radical y porque la eternidad de tu alma está en juego. Sabiendo esto ¿qué vas a hacer con Jesús ahora?
Nadie puede permanecer neutral ante el llamado de Jesús, porque no hacer nada es hacer algo. O lo abrazas de todo corazón o lo estas rechazando de todo corazón. Las puertas del reino están abiertas para ti si vienes a Cristo en arrepentimiento y fe.