Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Amando al prójimo

1 Juan 4:7-11: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros”.

Nuestro deber es amarnos unos a otros. El fundamento de este amor por el prójimo está basado en el carácter de Dios y la obra que Jesús hizo en la cruz. La misma morada del Espirítu Santo de que 1 Corintios 3:16 habla, combinada con tener la mente de Cristo nos exige que amemos a Dios a través de amar a nuestro prójimo. El amor de Dios es diferente de cualquier amor humano, su amor es: santo, puro, no tiene malicia, no es egocéntrico, es sagrado y es majestuoso.

¿Cómo podemos amar así? Renovando nuestra mente con la verdad, reemplazando las mentiras para vivir en unidad (Filipenses 2:2) y Filipenses 2:3-4 nos explica cómo hacerlo: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a el mismo; no mirando cada uno, por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”, esto es un amor sin malicia.

Para amar como Cristo nos amó, nosotros necesitamos vestirnos de Jesús, debemos imitarle a él. El amor de Dios demuestra su gloria y su santidad y nuestro amor para el prójimo no solo demuestra el amor que nosotros tenemos por él, sino demuestra su amor al mundo y nosotros nos convertimos en sus embajadores (2 Corintios 5:20).

La razón por la que nosotros debemos amar es porque primero Dios nos amó a nosotros y luego envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados; por el amor que él nos demostró a nosotros, debemos demostrar a otros como sus embajadores.

A través de caminar con el Espíritu Santo nuestras vidas comienzan a manifestar su fruto, de lo cual, el amor es el mayor. Gálatas 5:16-17 dice: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”. Si amamos a Dios amaremos a nuestro prójimo a pesar de nuestros deseos carnales.