Hebreos 6:12 “a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas”.
¿Alguna vez te has preguntado si podrás perseverar hasta el fin?
La pereza de la que se habla en este versículo es una indisposición para el cumplimiento de nuestros deberes espirituales; tú debes leer la biblia, orar, ir a la iglesia, tener una comunión edificante con otros hermanos en la fe. Estos son nuestros deberes espirituales, pero el que es perezoso aunque lo sabe no lo hace. Proverbios 13:4 dice: “El alma del perezoso desea y nada alcanza”.
Hermanos, si no somos diligentes en el uso de los medios que Dios ha provisto para que alcancemos una mejor condición, nuestros deseos nunca serán cumplidos. Debemos despojarnos de nuestra pereza espiritual.
El crecimiento espiritual requiere un esfuerzo diligente de nuestra parte y esa diligencia es impulsada en nosotros de pura gracia, Filipenses 2:12-13 dice: “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer por su buena voluntad”.
Pablo le dice a Timoteo: “ejercítate para la piedad”, eso es algo que nadie puede hacer por ti. Si tú quieres perseverar hasta el fin, si tú quieres seguir avanzando hacia la madurez cristiana debe ser diligente en el cuidado de tu alma, refugiado en el Espíritu de Dios.