Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

El camino del perdón

Romanos 12:17-18 “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”.

Cada vez que somos heridos o maltratados, nosotros escogemos como vamos a responder. Cuando tú perdonas eres completamente libre y cuando no perdonas terminas atrapado como en una prisión.

La manera más común de responder es pagando mal por mal, pero hay una forma diferente de responder, es: la forma de Dios: el camino del perdón.  El perdón es una elección, un acto de fe, no es una opción, pues Dios nos manda a perdonar, sin importar cómo te sientes y sin importar lo que te hayan hecho.

Si tú eres hijo(a) de Dios siempre debes escoger perdonar, y no porque esas personas lo merezcan, sino porque has recibido la gracia de Dios para tus pecados y tú se la extiendes a aquellos que han pecado contra ti.

José fue rechazado y vendido por sus hermanos, fue acusado falsamente por la esposa de Potifar y paso años en una prisión. Cuando el salió de esa prisión él pudo haber tomado venganza de todos y cada uno de sus ofensores, pero él les dijo a sus hermanos: “¿estoy yo en lugar de Dios?” (Génesis 50:19)

Él se dio cuenta que era Dios quien debía encargarse. El perdón no es barato, tiene un costo y cuando perdonas significa que estas tomando el precio de esa deuda de esa otra persona. Cristo pago la deuda por tu pecado y cuando perdonas a otros, tú estás diciendo que estás dispuesto a absorber ese costo.

Colosenses 3:12 nos dice: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdono, así también hacedlo vosotros”.

Siempre debes escoger perdonar y entonces Dios te llevara a través de un proceso de sanidad. El decir las palabras: “Yo te perdono”, no hace que el dolor se vaya; pero hasta que no escoges perdonar no podrás entrar en ese proceso de sanidad.

El perdón de Dios es completo, es permanente y siempre inmerecido. Tú puedes perdonar a otros con la gracia que has recibido de Dios.