Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

En busca de Dios

Lucas 10:41-42 “Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estas con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”.

La biblia nos enseña que fuimos creados para buscar a Dios, en Hechos 17:26 dice: “y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros”.

Pero Romanos 3:11 dice que nadie busca a Dios por sí mismo. La esencia del pecado es el orgullo y el orgullo es lo que nos impide buscar a Dios. Todos nacemos espiritualmente muertos y no tenemos ningún deseo de buscar a Dios y somos propensos a buscar todo lo demás, menos a Dios. Pero la buena noticia es que tenemos un Dios que nos busca, que toma la iniciativa, y cuando venimos a la vida en Cristo, entonces nuestros corazones son atraídos a buscarle a él.

El buscar algo implica que tenemos una necesidad, así que, cuando buscas a Dios le estas diciendo que lo necesitas. Buscar al Señor significa que lo valoramos tanto que con intencionalidad decidimos buscarlo.

Hoy en día nuestras vidas están tan ocupadas, tan llenas de actividades que no le damos un tiempo a Dios. Somos distraídos con tantas cosas que no buscamos a Dios. Marta estaba distraída con muchas tareas que decidió ignorar a Jesús; ¿te pasa eso a ti a veces?

Jesús estaba en la casa de Marta; sin embargo ella no pudo disfrutar su presencia. Pero su hermana María se sentó a los pies de Jesús y oía su palabra (Lucas 10:39). Muchos creyentes se pasan el día de aquí para allá haciendo muchas tareas. María se sentó y eso implica que tenía que detenerse, que dejar de hacer cosas, ella se sentó a los pies de Cristo. Esa era la posición de un discípulo en ese tiempo, ella sentada a sus pies escucho las palabras de Jesús, sus enseñanzas.

Para poder escuchar a Jesús, María tuvo que dejar de escuchar todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, ella tenía que detener todas esas voces en su cabeza que le decían: haz esto o aquello, ella tenía que concentrarse en Jesús. Cuando tú buscas al Señor con todo tu corazón, tú te sorprendes de lo que él hace, de cómo te capacita para lo que es realmente importante.

Puedes tener al Señor muy cerca y perderte de estar con él y de escuchar lo que él tiene que decirte. Tal vez tu corazón se ha vuelto frio y muy ocupado, pero hoy te invito a que consideres cual es la mejor parte en tu día a día, ¿ocupada(o) con tantas tareas y distracciones? O ¿estar a los pies de Cristo?

El Salmos 27:4 dice: “una cosa he demandado a Jehová, esta buscare; que este yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”. Es necesario sacar tiempo todos los días para sentarte, abrir las escrituras y decirle al Señor: quiero conocerte, quiero que me hables; entonces escucha su palabra y haz lo que él te diga que hagas; que tu respuesta sea: “Tú rostro buscaré”.