Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Con los ojos puestos en Jesús

Mateo 14:26-29 “Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les hablo, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús”.

El miedo y la fe no pueden vivir en el corazón, porque llega un momento en que el miedo nos ciega de tal manera que no vemos la presencia del Señor. Es por eso que nosotros continuamente debemos tener nuestros ojos puestos en Jesús (Hebreos 12:2).

La verdadera fe no es solo conocer que Cristo es el Hijo de Dios y creer que él puede perdonar todos mis pecados; Sino entregarme confiadamente en los brazos de mi Señor con el compromiso de vivir para él. Pedro creyó que Jesús tenía el poder para sostenerlo mientras caminaba hacia a él, pero al ver el fuerte viento y las olas tuvo miedo y comenzó a hundirse (Mateo 14:30).

Cuando apartamos nuestra vista de Cristo y comenzamos a ver lo que nos rodea, la situación difícil, es cuando tambaleamos y podemos comenzar a hundirnos al igual que Pedro; Es por eso la importancia de mantener nuestros ojos puestos en Jesús a pesar de cualquier adversidad por la que estemos atravesando.

Las tormentas de la vida no son agradables, pero son necesarias porque a través de ellas nos enseñan a confiar en el Señor. No nos creamos tan sabios pensando que podemos administrar nuestras vidas. Dios nos ha dado su palabra para que caminemos en ella y nos ha dado su Espirítu Santo para guiarnos.

Tener fe no es creer a pesar de la evidencia, sino obedecer a pesar de las consecuencias. Pedro comenzó a caminar hacia Cristo y cuando le falto la fe el Señor lo tomo y lo saco del agua (Mateo 14:31); eso es lo mismo que el Señor hace con nosotros. Cuando pienses que ya no puedes más, el Señor es quien te toma de la mano y te levanta.

Cristo no ha cambiado (Hebreos 13:8), tal vez tu haz dejado de mirar a Jesús y has caído en la incredulidad. Pero si Cristo te dice: ¡Ven!, ve sin temor confiando en él. Recuerda que “él es el autor y consumador de la fe; y aquel que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).