Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Camino a la eternidad

Hebreos 9:27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.

El estar vivo es una gran responsabilidad, porque ya nunca dejaremos de ser. Todos moriremos y partiremos desde ese tribunal hacia una eternidad. De modo que después del juicio,  justos e injustos se dirigirán hacia una eternidad, Mateo 25:46 dice: “E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.

La vida de cada persona es como un equilibrista caminando por encima de una cuerda muy delgada y debajo  hay un abismo sin fin, y no tenemos ni idea de cuando se romperá esa cuerda. Podría ser en tu infancia, o en la plena flor de tu juventud, o tal vez a una edad avanzada. Puede ser una muerte repentina, o después de un largo periodo de enfermedad. Nosotros no lo sabemos, pero algún día tu vida desembocara en una eternidad.

No importa cuántos logros puedas tener en este mundo temporal y pasajero, o cuanto puedas disfrutar de la vida aquí. Si te alcanza la eternidad sin estar preparado para ella no habrá forma alguna de enmendar ese error, ya no habrá marcha atrás.

Y verás aterrorizado que fuiste vilmente engañado y seducido por tu propio corazón. El Señor Jesucristo nos dice en Lucas 8:36 “¿qué aprovechara al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. Esa es la más grande tragedia que puede sufrir un ser humano.

Prepárate para morir, prepárate para el juicio, prepárate para la eternidad. ¿Sabes por qué Cristo vino al mundo? Precisamente por la realidad de la muerte, del juicio y de la eternidad. Nuestro Señor Jesucristo dejo su trono de gloria, asumió una naturaleza humana, asumió la posición de un siervo  para morir en la cruz y brindar a los hombres pecadores la oportunidad de enfrentar el juicio y la eternidad sin temor alguno.

No olvides que no hay tragedia más grande que ganar el mundo entero por un instante y perder el alma por siempre. “Que Dios nos enseñe a contar nuestros días, de tal modo que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12).