Mateo 24:13 “Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.
La palabra perseverar significa continuar en un curso de acción a pesar de las dificultades. Cuando oímos que alguien ha estado perseverando en algo, sabemos que esa persona ha continuado en ese asunto a pesar de las dificultades y problemas que ha tenido que afrontar en el camino.
Toda persona que profesa ser cristiano tiene la responsabilidad de perseverar hasta el fin. Dios da la fe y el hombre cree; Dios da el arrepentimiento y el hombre se arrepiente; y Dios preserva y nosotros perseveramos.
La prueba de que Dios nos ha preservado es que él pone en nosotros la gracia que nos mueve eficazmente a usar los medios a través de los cuales los creyentes perseveran. Hebreos 3:14 nos dice: “porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio”.
Juan 8:31 dice: “si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”. Y 1 Corintios 15:1-2 dice: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”.
Aquel que no está perseverando no tiene ninguna garantía de que Dios lo está preservando. La palabra de Dios nos dice: “seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
Todo aquel que en verdad ha creído persevera en ese camino de la fe, persevera en su lucha contra la corrupción de su corazón, porque desea ser santo delante de Dios. “Todos los que hemos sido libertados del pecado, tenemos como fin el fruto de la santidad y como fin la vida eterna” (Romanos6:22).
Querido hermano, no seamos perezosos en el cuidado de nuestra alma. Aunque seas miembro de una iglesia, y no perseveras terminaras mal. Porque la vida cristiana es una lucha y aquellos que permanecen luchando hasta el fin, solo ellos pueden estar seguros que Dios los ha preservado.