1 Corintios 13:1 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”.
Si escribieras la palabra amor en tu buscador de internet encontrarías muchísimas páginas, documentos, frases y canciones. Y quizás has creído mucho de lo que has leído o visto y te has limitado en tu entendimiento de lo que es el amor.
Usamos la palabra amor de manera muy casual, decimos “amo la pizza”, “amo mi celular” o “amo a mi bebe”. Pero para encontrar en verdadero significado de amor verdadero debemos buscarlo en la Palabra de Dios, ya que Dios mismo es amor, el define el amor. Y en su Palabra descubrimos el significado del amor verdadero.
El amor como “ágape”, es una cualidad de Dios, eso significa que no es un amor que nos viene de manera natural, necesitamos tener primero a Dios en nuestras vidas, para poder entonces obtener esta clase de amor.
Es una cualidad divina y siempre actúa de manera sacrificial, de manera que hablar de amor propio o hablar de amor que busca lo suyo no es hablar de amor genuino. Porque el amor” ágape” de Dios siempre actúa dándose así mismo, sacrificialmente, rindiendo su vida y no buscando ser el mismo complacido. El amor es darme yo mismo totalmente para satisfacer las necesidades de otros sin esperar nada a cambio. El amor de Dios, ese amor que inicia en el corazón de Dios mismo y que él desea depositar en nuestro corazón; no es un sentimiento, es más bien un acto determinado de mi voluntad. Este tipo de amor siempre resulta en la determinación de darse a uno mismo, la medida suprema, el ejemplo máximo del amor ágape es el amor de Dios por nosotros.
Romanos 5:6 dice: “porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos”, v8 “mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Tenemos un Dios que nos amó, no porque lo merecíamos, tampoco porque el encontrara algo bueno o atractivo en nosotros; sino que nos amó solamente porque él es amor. Cuando éramos incapaces de hacer algo por él, cuando éramos rebeldes y desafiábamos a Dios. Su Palabra dice que estando nosotros en esa condición, Dios nos amó; él demostró ese amor en el acto supremo de auto sacrificio. “porque de tal manera amo Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Esa es la medida suprema, el ejemplo de amor por excelencia. El amor no es simplemente una atracción emocional, es más bien un servicio abnegado y humilde.
La biblia nos enseña que ese tipo de amor debe ser la marca distintiva suprema del pueblo de Dios, Jesús dijo que amando así es como sabrán que somos suyos (Juan 13:34-35). La manera en que el mundo se detendrá para notar la relación que tienes con Dios es que se amen unos a otros de la misma forma.
Permite que el amor gobierne todo lo que hagas, permítele gobernar tu matrimonio y la crianza de tus hijos. Debemos exponernos a la Palabra de Dios para conocer su corazón y necesitamos su Espíritu para ver y abrazar la verdad. El siendo Dios se dio a si mismo por pura gracia para salvar personas indignas y pecadoras como tú y como yo.