Salmos 90:1-2 “Señor, tu nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo tu eres Dios”.
Cuando pensamos en los salmos, pensamos en David, pero este salmo no fue escrito por David, fue escrito por Moisés. Moisés era un hombre que conocía a Dios, la biblia dice que Moisés hablo con Dios cara a cara, como un hombre habla con su amigo.
Cuando tú y yo oramos, vamos con un Dios que nos conoce íntimamente, con un Dios que nos invita a conocerlo personalmente. Moisés expresa: “Señor, tu nos has sido refugio de generación en generación”. Tú eres mi refugio, mi morada, mi habitación, mi lugar de descanso.
Abraham fue un hombre que había vivido en tiendas, viajando a un lugar que Dios aun no le había dado a conocer, y durante cien años vivió en tiendas, siguiendo la guía del Espíritu de Dios, pero Abraham había descubierto que Dios era su hogar, incluso cuando vivía acampando y viajando. Abraham, Isaac, Jacob y José llegaron a comprender que Dios era su hogar, su refugio, ahí es donde ellos habían encontrado seguridad.
Dios es un refugio seguro y no hay otro refugio más seguro y estable que su presencia. En Deuteronomio 33:27 dice: “el eterno Dios es tu refugio, y debajo están los brazos eternos”. No importa lo que esté ocurriendo a nuestro alrededor, no importa cuán inestables puedan estar las cosas que nos rodean, el descanso de nuestro corazón y nuestra confianza está en Dios.
Dios no solo es un refugio, sino que además es eterno. Él no tiene principio ni tiene fin, él es Dios. Y no solo fue Dios y será Dios en el futuro, sino que en este tiempo presente es Dios, él está aquí y ahora, está presente y él es nuestro Dios, y estará en todo lo que podamos enfrentar hoy, o mañana, o al día siguiente, siempre estará ahí.
Muchas veces buscamos refugio en otras cosas, nos entretenemos con otras cosas a nuestro alrededor y no encontramos nuestro verdadero descanso. Cualquier otra cosa que consideremos nuestro hogar nos decepcionará tarde o temprano. Dios es nuestro verdadero refugio, nuestro hogar. Cuando enfrentamos lo inesperado, decepciones, perdidas, problemas, el punto de partida es Dios. Es saber que él ha sido un refugio en todas las generaciones y que ahora es nuestro refugio, el único hogar verdadero, que desde la eternidad y hasta la eternidad él ha sido Dios. De manera que puedo confiar en él por qué sé que el hará lo correcto.