El mundo nos enseña que la belleza es externa, física; mientras la filosofía cristiana es interna, espiritual. Como creyentes, sabemos que este cuerpo es temporal, que va a morir y volverá a la tierra. Pero para las personas que adoptan la filosofía del mundo, el cuerpo es su identidad, es la base de su seguridad o su inseguridad. En la filosofía del mundo la manera en cómo te sientas con tu cuerpo equivale a la forma en cómo te sientas contigo mismo. Pero el cristiano reconoce que el cuerpo no es su identidad, es una envoltura para el Espíritu, es un templo. No es el templo externo lo que realmente importa, es lo que está dentro: la presencia de Dios. El cuerpo es el empaque. No es la esencia de nuestra identidad.
Dios nos creó con un propósito, en 1 Corintios 10:31 dice: “si pueis, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Como creyentes reconocemos que nuestro propósito final o supremo es vivir para la gloria de Dios
Para examinar tus motivaciones necesitas preguntarte ¿Cuál es tu misión en la vida? ¿Cuál es tu propósito? o ¿Te estas dejando llevar por la corriente?
Como puedes ver, si determinas vivir para la gloria de Dios, esto afectara en la forma como vistes, esto te llevara a pensar en que te pones, te hará pensar porque haces las cosas y para qué. Es por eso que quiero compartirte tres principios fundamentales:
Principio de propiedad: esto quiere decir que tu cuerpo no te pertenece. 1 Corintios 6:19-20 dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es cuerpo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Hoy día vemos como algunas personas han abusado de sus cuerpos con abuso de sustancias, alcohol y drogas. Todo por pensar según la filosofía del mundo: “es tu cuerpo, haz lo que quieras con él”. Cuando tomamos los cuerpos que él nos ha dado y los tiramos a la basura no estamos agradando a Dios. Este principio significa que no tenemos la libertad de vestirnos de cualquier forma que queramos, le rendiremos cuentas a Dios, él es nuestro dueño.
Principio de Señorío: Jesús es el Señor y dueño de todo. Romanos 14:9 dice: “Porque Cristo para esto murió y resucito, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven”. Cuando decimos que Cristo es el Señor significa que él tiene el derecho de regular cada área de nuestras vidas, incluyendo nuestra vestimenta. ¿Eres gobernada por la moda, la cultura, las opiniones de tus amigos o eres gobernada por Cristo y su Palabra? ¿Quién es tu Señor?
Principio de ciudadanía: El hecho de ser hijos de Dios es que pertenecemos a un reino diferente y no a este mundo. No debemos conformarnos a este siglo como dice Romanos 12:2. Y no debemos amar al mundo, 1 Juan 2:15-17 dice: “no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Si tú te vistes, vives y piensas como un ciudadano del reino de Dios, te encontraras bien equipado(a) para la eternidad.