Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Ejerciendo nuestra responsabilidad

Hechos 8:27-28 “Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al Profeta Isaías”.

La distancia que había entre Etiopia y Jerusalén, según datos de Internet, son más de cuatro mil kilómetros, y este etíope no tuvo esto como un obstáculo para buscar a Dios. Muchos al día de hoy quieren conocer la verdad, pero no dan un solo paso para conocerla. No van a una iglesia local para escuchar la Palabra de Dios, no se involucran al escuchar la Palabra, ni siquiera la leen.

Esta historia del etíope nos muestra que él se hizo un seguidor de ese Dios verdadero, él iba leyendo al Profeta Isaías, y vemos como él estaba buscando a Dios, esa era su responsabilidad humana, la tuya y la mía de también buscar, leer, estudiar, y tratar de entender lo que él ha dicho en su Palabra.

Uno de los elementos fundamentales para conocer la voluntad de Dios es escudriñar su Palabra. El Señor Jesús en Juan 5:39 dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros parece que en ellas tenéis vida eterna;  y ellas son las que dan testimonio de mi”.

Esta es la responsabilidad humana que todos debemos tener, debemos buscar a Dios, debemos investigar, escudriñar, escuchar a los siervos que Dios ha levantado y verlo entonces todo eso a la luz de las conexiones que la Palabra de Dios nos presenta. En el v36 dice que “llegaron a cierta agua y dijo el etíope: ¿Qué impide que yo sea bautizado?”; él ya estaba más que convencido que el Jesús de Nazaret anunciado por Felipe, era el salvador prometido de Isaías y era el hombre que había pagado toda la culpa y todo el pecado que tú y yo no podíamos pagar delante de Dios. Y convencido de esto, él es bautizado.

En ese momento ese eunuco viene a formar parte del pueblo de Dios, lavado y santificado por la sangre del Señor Jesucristo; consiguió lo que andaba buscando y fue bendecido por Dios.

Si nosotros queremos la bendición de Dios, tenemos que ser obedientes sin reserva a lo que Dios ha mandado: leer la Palabra de Dios, vivir como Dios demanda, ser santo como él es santo para poder tener esa comunión intima que Dios ha prometido con los suyos. El pecado nos aparta y nos aleja de Dios, por lo tanto el creyente tiene que estar día tras día dándole muerte a su pecado, nutriéndose de la Palabra de Dios.

Dios te va a mostrar su voluntad cuando tú estés involucrado en leer, conocer y estudiar su Palabra. A través de esa responsabilidad humana, el Espíritu de Dios te va ir mostrando su voluntad. Mateo 7:21 dice: “No todo el que me dice Señor, Señor; entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Esa es la prueba que va a mostrar la fidelidad, tu fe; que tú estés involucrado en hacer la voluntad de Dios, como este etíope.