1 Pedro 5:10 “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”.
Cuando venimos a la fe, Dios quita nuestra comodidad y traerá padecimiento a nuestra vida con el fin de ser perfeccionados en él. Para poder ser un verdadero discípulo debemos venir a la Palabra de Dios y vivirla. Dios te ha llamado con un llamamiento santo para modelar tu vida, empezando por tu carácter. Romanos 8:29 nos dice: “Porque a los que antes conoció, también los predestino para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo”.
Dios quiere que nos parezcamos a él, para que nuestro carácter sea hecho a su carácter. Y para parecernos a él necesitamos morir a nuestro “yo”. En Colosenses 3:5-10 el apóstol Pablo hace un llamado a dejar las cosas que antes hacíamos, y concluye en el verso 9 y10 diciendo: “habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creo se va renovando hasta el conocimiento pleno”.
La palabra “Fortalezca” quiere decir: vigor, estar lleno de fuerza. La fortaleza es para soportar los padecimientos. En nuestro camino a la santidad seremos afligidos, pero Dios; nos ha provisto de sus medios de gracia, y por lo tanto seremos fortalecidos aun cuando tu sientas que no puedes más.
Cristo es nuestro cimiento más fuerte y si tú te mantienes firme y arraigado en él, tu estarás camino a la madurez, confiando en que él te sostiene.