Romanos 15:7 “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios”.
¿Recuerdas el enorme cambio que sucedió cuando naciste? Pero piensa un instante en lo que sucedió cuando naciste de nuevo; el momento cuando confiaste en Cristo como tu salvador y Dios te aceptó como hijo.
• Pasaste a ser heredero de Dios (Efesios 1:13, 14).
• Fuiste adoptado como hijo de Dios (Efesios 1:5).
• Tu corazón se llenó del amor de Dios (Romanos 5:5).
• Nada te puede separar del amor de Dios (Romanos 8:38, 39).
• Pasarás la eternidad con Dios en un lugar que ha preparado para ti (Juan 14:1–4).
• Fuiste recibido en una familia nueva, y eres un integrante de ella valorado por toda la eternidad (1 Corintios 12:13, 27).
Algunos días te sentirás tan confundido por la vida como el bebé que respira su primera bocanada de aire. Pero puedes estar seguro de todas las verdades recién mencionadas.
Suman una realidad indiscutible: eres aceptado por Dios. Dios conoce nuestros puntos débiles al igual que los fuertes, nuestros defectos al igual que nuestras habilidades. Y Dios nos desafía a mostrar al mundo el mismo tipo de amor que muestra él por nosotros.