Éxodo 20:16 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”
No importa la razón que se tenga para hablar en contra de alguien, la mentira no es de Dios. En Juan 8:44 cuando Jesús hablaba con los judíos les dijo quién es el mentiroso: “cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso, y padre de mentira”. Debemos tener cuidado con lo que hablamos, porque si hablamos mentira entonces no estamos demostrando nuestra verdadera identidad ante los demás. Levantar falso testimonio es igual a mentir. La mentira no es ni debe ser una característica ni el modo de vida del cristiano. Cuando un cristiano miente, ciertamente está negando que ha creído en Dios. La Biblia dice en Números 23:19 que, “Dios no es hombre para que mienta…” Y si nosotros somos llamados hijos de Dios, entonces en nosotros no debe existir la mentira, Sin importar lo que alguien te haya hecho, levantar falso testimonio en contra de un hermano en la fe es igual a mentir. Los hijos de Dios debemos tener cuidado y no hacer parte de esos “juegos”, pues debemos guardar nuestro testimonio ante los demás. Repetir algo que no sea verdad se convierte automáticamente en mentira, y en este caso, debemos tener mucho cuidado si no tenemos pruebas, porque de lo contrario, estaríamos incurriendo en el mismo error: la mentira y el falso testimonio.
La Palabra también nos enseña lo que pasará con aquellas personas que mienten, en Apocalipsis 21:8 dice: “los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Ese igualmente será el destino que le espera al padre de mentira y el mismo destino que correrán aquellas personas que mienten y levantan falsos testimonios si no se ponen a cuentas con Dios. La lección del día de hoy es muy importante, Dios nos recuerda que el falso testimonio es igual a mentir y si somos hechos a su imagen y semejanza y él no miente, entonces nosotros tampoco debemos hacerlo.