Lucas 9:23 “Y decía a todos: si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.
Un discípulo es un aprendiz, es alguien que conforma su vida de acuerdo a aquel que sigue.
Jesús vino al mundo por discípulos que conformaran su iglesia, por la cual, él va a regresar. La pregunta que nos hacemos hoy sería, ¿cómo puedo ser un discípulo?
Para ser un discípulo de Cristo debes dejar tu manera egoísta de vivir; es dejar de vivir conforme a lo que tú quieres, piensas y deseas y empezar a vivir de acuerdo a lo que Dios te manda y obedecer sus mandamientos, Marcos 12:30-31 dice: “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos”. Un verdadero discípulo de Jesús va a amarlo a él por sobre todas las cosas y ese amor se va a ver reflejado hacia el prójimo.
Debes tomar tu cruz cada día. El tiempo en el que Jesús estuvo aquí, el no estuvo persiguiendo los lujos, la comodidad, la seguridad o la fama, sino que él vino para servir, el vino para dar, para sanar, el vino a predicarnos su Palabra, el vino a entregarse en vida y en muerte por amor a nosotros. Jesús es el ejemplo; Jesús busca que nosotros hagamos lo mismo que el hizo. Dice Hebreos 12:1-2 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”.
Debemos seguirlo; esto habla de una entrega total y sin reservas, porque para seguir a Jesús es necesario que dejemos nuestra antigua manera de vivir, nuestra manera de pensar, que dejemos nuestros sueños, nuestros deleites, nuestras posesiones, porque en el encontramos todo y mucho más. Es tiempo que conozcas a Jesús, el amor que él tiene para contigo y te enamores y así puedas ser su discípulo y darte cuenta que al tener a Jesús sales ganando.