Juan 7:38 “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”
Ayer platique acerca de la abundancia, y hoy continuare hablando sobre esa abundancia de Dios en tu vida. Juan nos dice que cuando Jesús se refería a los “ríos de agua viva”, lo estaba haciendo de acuerdo al Espíritu que recibirían más tarde los que creyeran en él.
Dios espera que seas lleno de su Espíritu (Hechos 2:38-39). Dios te da “todo lo que necesitas para la vida y la piedad” (2 Pedro 1:3), y el apóstol Pedro explica que es a través del conocimiento de Dios que esta experiencia de abundancia opera y tu continúas creciendo y madurando a través del conocimiento de Dios. Es tú revelación en Cristo la que produce tu abundancia. Salmos 23:5 dice: “unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”; La imagen que se usa aquí, es de una copa que no solamente está llena hasta el tope, sino que está rebosando, de tal manera que empieza a derramarse.
Tu vida en Cristo ha sido diseñada para funcionar de la misma manera. Dios te da más de lo que necesitas de tal manera que de la abundancia de tu vida cristiana, tú seas capaz de compartir lo que tú has recibido con otros. Los ríos de agua viva sobre los que Jesús habló, nunca significaron algo solamente para ti. Son “ríos de agua viva” fluyendo desde ti hacia otros. Lo que tienes es lo que das. De la abundancia de tu experiencia con Dios, es lo que ahora tú ministras a los demás.