Filipenses 3:10-14 “a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos llegando a ser semejante a él en su muerte……prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
A través del sacrificio de Jesús en la cruz, ahora es posible tener una vida de intimidad con Dios. El apóstol Pablo tenía una pasión muy clara, que era “conocerlo a Él”. Tendemos a vivir en mundo de “contactos” más que de “relaciones”, y tendemos a acercarnos a Dios de la misma manera, viéndole como un contacto más de las cosas que tenemos que hacer. Pero la oración es mucho más que venir delante de Dios con una lista de peticiones. Dios si nos invita a que le pidamos (Mateo 7:7), pero unos versículos más atrás, nos dice “busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33).
Para conocer a alguien necesitas pasar tiempo con esa persona, de la misma forma si quieres conocer a Dios, necesitas pasar tiempo con él, de una manera intima, en oración, lectura de su Palabra, en tus devocionales diarios y recuerda que debes priorizar lo que él quiere antes de lo que tú quieres. El tiempo que tú pases con el Señor va a tener un impacto en el resto de tu día.