Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Una fe que mueve montañas

Marcos 5:21-43 “Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y lego que le vio, se postro a sus pies, y le rogaba mucho diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá”. “Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva”.

Cuando el Señor Jesús empezó su ministerio mucha gente le seguía y se maravillaba por todas las cosas que podía hacer. En esta historia hay dos personajes claves. El primero de ellos, Jairo, el principal de la sinagoga, el segundo, la mujer del sangrado, quien lo había gastado todo buscando una respuesta a su problema. Ambos con una misma necesidad: buscar a Jesús. Sin embargo sus peticiones eran diferentes, dice la Biblia que Jairo busca a Jesús para que fuera a su casa para sanar a su hija; Mientras que la mujer, entre la multitud busco al Señor Jesús para ser sana de su flujo de sangre. Para ambos sus peticiones se cumplieron, ambos personajes buscaron a Jesús, Jeremías 29:13 dice: “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.

Podemos ver que ambos personajes creyeron en Jesús, en su poder y en su testimonio. (Marcos 9:23) “Al que cree todo le es posible”. La Palabra nos enseña que ambos personajes se postraron delate de Jesús (v 22) y (v 33). Debemos humillarnos delante de Dios para reconocer su grandeza y para que él pueda actuar (2 Crónicas 7:14)  dice: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos”.

Jairo fue a buscar al Señor Jesús hasta donde él se encontraba en medio de una gran multitud, y la mujer, tocó su manto en medio de esa gran multitud. El Señor te quiere bendecir, pero debes esforzarte y ser valiente (Josué 1:9). En este mundo, la gente anda buscando respuesta a sus problemas en sitios equivocados, pocos buscan a Jesús, él sí tiene el poder de hacer tus imposibles posibles.