Daniel 3:19 “Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y mando a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo”.
Hay personas que el poder o un puesto mayor los desubica, como fue el caso de Nabucodonosor; él era el rey del imperio más poderoso de ese tiempo, el imperio babilónico. Sin embrago él no se conformaba con ser rey, él ahora quería que todos lo adoraran y se postraran ante su estatua.
Esta es la misma tendencia del ser humano, cuando recibes una promoción en tu trabajo, algún liderazgo en la iglesia y a veces eres tentado a caer en la soberbia de construir un monumento para ti y se te olvida que eres un servidor, un siervo de Dios.
Nabucodonosor quería ser adorado y dice la Biblia que si no lo adoraban los lanzaba al horno de fuego; pero Sadrac, Mesac y Abed-nego no quisieron inclinarse (Daniel 3:12). Nabucodonosor se molestó tanto que mando calentar el horno siete veces más.
¿Cómo reaccionas cuando estas bajo presión?, ¿cedes para que no te digan nada, para que puedas seguir en tu puesto, trabajo? o ¿te mantienes firme como hijo de Dios?
Si verdaderamente eres hijo de Dios, mantente firme y no te preocupes por defenderte, pues Dios puede librarte del horno, de la presión o dificultad por la que estés siendo presionado (Daniel 3:17), pues tienes un Dios todopoderoso que te defiende y dice: “Mía es la venganza, yo pagaré” (Romanos 12:19), sigue el ejemplo de estos tres jóvenes. Recuerda y cree que Dios tiene el poder para salvarte.
Declara tu lealtad a Dios pase lo que pase, créele y mantente firme. A veces Dios salva por medio de las crisis y de repente estas caminando en el fuego, y en medio de las pruebas, tal como les sucedió a estos tres jóvenes y Dios los guardó. Dale gracias a Dios porque “a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien” Romanos 8:28.
Pase lo que pase no dejes de ser leal a Dios, no tengas un cristianismo de conveniencia.