2 Corintios 11:3 “Pero temo que como la serpiente con su astucia engaño a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”
El ser humano tiene algo conocido como cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto; y te preguntaras ¿qué tienen que ver los sentidos con la fidelidad a Cristo?
Es muy sencillo, si los usamos incorrectamente pudiera ser peligroso para nuestra alma y ofendemos a Dios. La iglesia de corinto había estado prestando oído a las enseñanzas de falsos maestros que se habían levantado, por eso el apóstol Pablo les dice que teme por haber prestado sus sentidos al pecado sean al final extraviados del camino correcto; En este pasaje el apóstol usa la historia de cuando Eva fue engañada por la serpiente: ella “oyó” la voz de la serpiente, uso el sentido del oído, después comenzó a hablar con ella, después la llevo a “ver” que el fruto del árbol era apetitoso, finalmente “toco” la fruta y la “saboreo” (Génesis 3:1-6). Al leer detalladamente notas que simplemente al prestar su sentido del oído al pecado, al final sus otros sentidos fueron afectados.
Tienes que cuidar mucho como usas tus sentidos, no puedes usar tus miembros para el pecado, Romanos 6:13 dice: “ni tampoco presentéis, vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad”. Prestar tus sentidos al pecado puede ensuciar tu alma y llevarla hacia el mal, analiza a que estas prestando atención, a que cosas le estas dando tu vista, de que estas saturando tu mente; estas cosas tal vez no están atribuyendo nada a tu espíritu. Filipenses 4:8 dice:” todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”, y también dice “que el que siembra para su carne de su carne va a cegar corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cegará vida eterna” (Gálatas 6:8).
Te animo a que cuides tus sentidos y uses tus miembros solo para agradar a Dios y así serás guardado por el Señor. Se fiel a Dios con todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo.