Mateo 13:3-8 “He aquí el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno”.
La semilla, que es el símbolo de la palabra predicada no tiene defecto alguno en sí misma, pero el tipo de tierra en la cual cae la semilla es la responsable de recibir y dar fruto. En esta parábola se menciona cuatro tipos de terreno que existen.
La primer semilla cayó junto al camino (Mateo 13:4); Esto representa aquellas personas que van a la iglesia pero no entienden el evangelio, no han comprendido en verdadero propósito por el cual son cristianos.
La segunda semilla cayó entre piedras (Mateo 13:5-6); Este segundo caso representa aquellos creyentes que cuando llegan pruebas a sus vidas se les acaba el gozo, pues no habían echado raíces profundas en Dios.
La tercera semilla cayó entre espinos (Mateo 13:7); Estos espinos simbolizan los afanes que te envuelven en tantos trabajos, quehaceres, compromisos, y nunca tienes tiempo para buscar a Dios. Marta amaba a Jesús, pero estaba muy ocupada en sus quehaceres y María había entendido que sentarse a los pies del Maestro era primero que los afanes (Lucas 10:30-42).
El cuarto y último ejemplo de esta parábola es la semilla que cayó en buena tierra y por lo tanto, dio fruto en abundancia (Mateo13:8). Obviamente esta tierra simboliza el corazón de aquellos que han recibido a Cristo y han luchado para que nada estorbe su crecimiento espiritual, son cristianos que dan fruto de su relación con Dios.
Si tal vez eres del tipo de las otras tres tierras, entonces examina tu corazón para que puedas terminar un día la carrera con gozo. Renuncia al estancamiento espiritual, dedícate a crecer y dar frutos para Dios. Juan 15:8 dice: “Mi Padre es glorificado, cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos”.