Hebreos 11:13-16 “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían mucho tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad”.
Una de las cosas maravillosas que este pasaje nos enseña es que estos grandes hombres y mujeres de Dios, vivieron enfocados, no en la patria física, sino en la celestial. A pesar de que vivían en una tierra y trabajaban en ella, su enfoque principal no estaba aquí, pues ellos sabían que hay moradas celestiales, preparadas para aquellos que han recibido a Jesús como su Salvador. Jesús dijo: “no os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen” (Mateo 6:19-20).
Es bueno que como creyente disfrutes de esta vida, que trabajes, que emprendas planes, negocios y proyectos; pero que ante todo recuerdes que esta morada física un día va a perecer y si has cultivado en el cielo, entonces tendrás una mansión celestial incorruptible y eterna.
Lucas 12:13-21 narra la parábola de un hombre rico, que no hizo tesoros en el cielo, sino que se enfocó únicamente en esta vida pasajera, ganó y trabajo tanta riqueza y se dijo así mismo: “alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años, repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios” (Lucas 12:19-20).
Hermano querido, es necesario que como creyente te encargues de diariamente hacer tesoros en el cielo, buscando a Dios, orando, leyendo la Biblia y congregándote. Pues los tesoros que hagas en Dios tienen recompensa eterna. El apóstol Pablo dijo: “Si han resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios” (Colosenses 3:1).
Jesús es tu tesoro, es tu herencia, él es tu Padre, dedica más tiempo a lo que tiene valor eterno, y menos a lo que solo tiene valor terrenal.