Marcos 11:13 “Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos”.
Cuando Jesús y sus discípulos ven a la distancia esa higuera llena de follaje, pensaron que tal vez hallarían algunas brevas, pero no fue así. Este árbol prometía mucho, pero en realidad no tenía nada que ofrecer; la fachada se veía muy bien, pero era completamente estéril.
Muchos llegaran en aquel día creyendo lo que no son; Personas que tienen un follaje hermoso como la higuera que Jesús maldijo, muchas hojas, pero ningún fruto. Una persona que profesa ser cristiana, que tal vez asiste regularmente a la iglesia, lee su Biblia, ora antes de la comida, tiene un lenguaje muy piadoso, pero no vemos frutos en su vida; de lejos se ve muy bien, pero no pasará la inspección de Jesús en aquel día.
La Biblia enseña que “la salvación es por gracia, es un regalo de Dios, la salvación es por medio de la fe; no es por obras para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Todo aquel que en él cree y se arrepiente manifiesta a través de sus frutos la realidad de su fe y de su arrepentimiento.
La Biblia dice que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
¿Manifiestas en tu vida los frutos de la verdadera fe y del verdadero arrepentimiento? O ¿Eres como esa higuera llena de hojas, pero completamente estéril? Recuerda que al árbol se le conoce por su fruto, no por lo que dice ser. Todo aquel que ha creído en Cristo, tiene deseos de obedecerle, toma enserio su Palabra, ama al pueblo de Dios, se deleita en adorarle, es agradecido y perdonador.
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).