1 Pedro 1:15-16 “sino, como aquel que os llamo es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esta: sed santo, porque yo soy santo”.
Todo creyente desea ver cambios graduales y permanentes en su vida. Todo verdadero creyente se encuentra en un proceso de santificación a través del cual va muriendo a todas aquellas actitudes y a aquellos rasgos del carácter que son contrarios a Dios.
Sin embargo, no todo creyente esta consiente del papel que juegan las emociones en este proceso de cambio. El apóstol Pablo nos dice en Romanos 12:2 “que no debemos conformarnos a este siglo, sino que debemos ser transformados por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.
El proceso de santificación en la vida cristiana tiene como centro operativo, tu entendimiento, no tus emociones. Cuando tú llegas a la vida cristiana, llegas con muchas mentiras en tu mente, que ahora deben ser gradualmente desplazadas por la luz de la verdad de Dios revelada en su Palabra.
Son esas mentiras, las que estaban detrás de todo comportamiento pecaminoso y de toda emoción pecaminosa. Efesios 4:17-18 nos dice: “Esto, pues digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la verdad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón”. Pablo nos está diciendo que los incrédulos viven como viven porque tienen una mente vana, ignoran la eternidad, la gloria de Dios, y por esa razón van detrás de cosas vanas.
Cada vez que dejas de creer en la Palabra de Dios estas creyendo en otra cosa y esa otra cosa siempre es una mentira; La Palabra de Dios es verdad; todo lo que tú crees que es contrario a la Palabra de Dios es una mentira y esa mentira produce en ti pecado. Recuerda que tus emociones dependen de tu percepción de la realidad.
Cuando te deprimes y te amargas ante circunstancias adversas de tu vida, es porque en el fondo de tu corazón tú no crees que Dios está en control, no crees que Dios te ama y no crees que Dios está obrando a tu favor. Y no importa lo que tú digas con tu boca acerca de lo que tú dices creer, tu vida emocional revela lo que tú realmente crees.
Si quieres ver cambios en tu vida sin llegar a ser emocional, necesitas que la verdad de Dios revelada en su Palabra continúe desplazando las mentiras de tu corazón.