Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

El ser santo y las emociones (2ª parte)

El Salmos 119:25 nos dice: “Abatida esta hasta el polvo mi alma, vivifícame según tu palabra”.

Es la verdad de la Palabra de Dios la que debe guiar y dirigir tu vida, no las emociones.

¿Cuántas veces pecas contra Dios, pides perdón y todavía hay una voz dentro de ti que te dice: “que fácil”, después que hiciste lo que te dio la gana? Aquí las emociones te están traicionando; porque la Biblia dice: “que si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9) ¿a quién tú le vas a creer? ¿A tus emociones que te hacen sentir no perdonado? O ¿a las promesas de Dios?

La Palabra de Dios está por encima de tus emociones, si te mantienes predicándote a ti mismo estas verdades de la Palabra de Dios, vas a poder mantener un sano control de tu vida emocional. Salmos 103:2-3 dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no te olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias”. Pero lamentablemente muchos creyentes olvidan este aspecto fundamental de la vida cristiana. El problema es que piensan con los sentimientos, las emociones, y no con la cabeza.

¿Te sientes atraído por las cosas del mundo, y se te hace difícil decir que no a esas cosas porque te prometen emociones, deleites, placer, alegría? La Biblia nos invita a encontrar ese placer, ese deleite, esa alegría, en el único lugar donde puede ser hallado, esto es, en Dios mismo.

Recuerda lo que Jesús le dijo a la mujer samaritana: “más el que bebiere del agua que yo le doy, no tendrá sed jamás, sino que será una fuente de agua que salte para vida eterna”. Dios es esa fuente de agua.

Si quieres tener una vida emocional estable y seguir avanzando en tu santificación progresiva necesitas llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Corintios 10:5), llenar tu mente con la Palabra de Dios y creer lo que dice su Palabra.