Santiago 4:4 “¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.
Antes de venir a Cristo, la biblia dice que eras enemigo de Dios, pues vivías como el mundo vive y eso, es contrario a Dios. No había instrucción, ni enseñanza en tu vida, hacías lo que tú considerabas que estaba bien.
Pero, ahora que conoces a Cristo, ¿cuántas veces has escuchado lo que su Palabra enseña? Y aún así sigues en muchos pecados.
Muchas veces vienes a Dios en oración y derramas lágrimas de remordimiento, pero no de arrepentimiento. Crees que por asistir a la iglesia y alabarle eso será suficiente.
Hoy te invito a que examines tu vida; Se necesita pasar tiempo con Dios y reconocer en que le has fallado, decir como dijo el salmista en Salmos 51:2-4 “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos”.
No busques salidas en otras partes, a veces pensamos que con tener conocimiento de Dios estas exento de pecar, y no es así. Se honesto, Dios no quiere obras sin arrepentimiento. Tu falso arrepentimiento te traerá consecuencias por el pecado, recuerda lo que dice Romanos 6:23 “la paga del pecado es la muerte”.
Que tu vida sea completamente diferente, ríndete a Jesús en un genuino arrepentimiento y deja que el Espirítu Santo transforme tu vida y pueda ser evidente ese cambio, que se puedan apreciar esas maravillas que Dios hace a todo aquel que viene a él en arrepentimiento y fe.
Obedece, atiende la voz del Señor; recuerda que “separados de Dios, nada podemos hacer”. “Él es el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).