Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

¿Amigos o enemigos?

Santiago 4:4 “¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.

Antes de venir a Cristo, la biblia dice que eras enemigo de Dios, pues vivías como el mundo vive y eso, es contrario a Dios. No había instrucción, ni enseñanza en tu vida, hacías lo que tú considerabas que estaba bien.

Pero, ahora que conoces a Cristo, ¿cuántas veces has escuchado lo que su Palabra enseña? Y aún así sigues en muchos pecados.

Muchas veces vienes a Dios en oración y derramas lágrimas de remordimiento, pero no de arrepentimiento. Crees que por asistir a la iglesia y alabarle eso será suficiente.

Hoy te invito a que examines tu vida; Se necesita pasar tiempo con Dios y reconocer en que le has fallado, decir como dijo el salmista en Salmos 51:2-4 “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos”.

No busques salidas en otras partes, a veces pensamos que con tener conocimiento de Dios estas exento de pecar, y no es así. Se honesto, Dios no quiere obras sin arrepentimiento. Tu falso arrepentimiento te traerá consecuencias por el pecado, recuerda lo que dice Romanos 6:23 “la paga del pecado es la muerte”.

Que tu vida sea completamente diferente, ríndete a Jesús en un genuino arrepentimiento y deja que el Espirítu Santo transforme tu vida y pueda ser evidente ese cambio, que se puedan apreciar esas maravillas que Dios hace a todo aquel que viene a él en arrepentimiento y fe.

Obedece, atiende la voz del Señor; recuerda que “separados de Dios, nada podemos hacer”. “Él es el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).