Mateo 23:27 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”.
Las apariencias nos llevan a mostrar características de personas que no somos, lo más triste es que nos engañamos a nosotros mismos y no a los demás. ¿De qué nos sirve vivir una vida de apariencia frente a las personas, pero frente a Dios estamos mal parados? No tiene sentido vivir una salvación ‘de mentiras’ para agradar a algunas personas, cuando nuestra propia relación con Dios es un total desastre. De este pasaje podemos sacar dos grandes lecciones.
La primera de ellas es ser llamado “sepulcro blanqueado”. Un sepulcro blanqueado se ve muy bonito por fuera, resplandeciente ante la mirada de los hombres, pero ¿qué hay en su interior? No hay nada, está completamente vacío. Quiere decir que la presencia del Espíritu Santo no está en esa persona. 1 Samuel 16:7 nos dice: “porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. No tiene sentido vivir un evangelio de apariencias cuando todos sabemos que, “nadie puede burlarse de Dios” (Gálatas 6:7). Los hombres pueden creer que tu relación con Dios marcha bien, inclusive puedes demostrarles eso, pero Dios siempre se fijará en lo que hay en tu corazón, delante de él estás completamente desnudo.
Segundo, ser llamado “huesos de muertos”. El Señor Jesús les decía que eran como huesos muertos, pues su vida espiritual estaba completamente apagada, hacían creer a los demás que estaban bien delante de Dios, pero cada vez que se encontraban con el Señor Jesús, este les revelaba su verdadera condición y eso era lo que ellos más odiaban, que alguien les dijera tal verdad. Esa condición de muerte, la cual podemos llamar muerte espiritual, de seguro acarrea consecuencias terribles, Eclesiastés 9:5 dice: “porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido”. Un ‘muerto espiritual’ siempre negará la realidad de su condición y la realidad del pago que tendrá al final. No sé en qué condición estés delante del Señor, pero si estás viviendo un evangelio de apariencias, quiero decirte en este día que aún hay tiempo de corregir tu camino y volver a cultivar tu relación con Dios. La Palabra nos enseña que “los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia” (Proverbios 28:13).