La disciplina de Dios
Todo padre, tiene la responsabilidad con sus hijos de guiarlos, educarlos, protegerlos, e instruirlos. Del mismo modo nuestro Padre Celestial se ha propuesto eso con cada uno de sus hijos.
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Todo padre, tiene la responsabilidad con sus hijos de guiarlos, educarlos, protegerlos, e instruirlos. Del mismo modo nuestro Padre Celestial se ha propuesto eso con cada uno de sus hijos.
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Romanos 8:13 “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”.
Santiago 4:4 “¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.
¿Amigos o enemigos? Leer más »
Siempre hay un enemigo, siempre hay una batalla. Y a la hora del problema no vas de inmediato en oración, pues crees que puedes tú mismo.
¿Cuál es tu gigante? Leer más »
Nosotros no sabemos que es lo que nos conviene, pero, Dios si lo sabe, y muchas veces sin saberlo, lo que estas pidiendo en oración es “una serpiente y una piedra”.
Dios conoce nuestra verdadera necesidad Leer más »
Nuestra fe, es sometida a través del sufrimiento y las pruebas a fin de perfeccionarnos.
Fortaleza en las aflicciones (2ª parte) Leer más »
Las pruebas son eventos, situaciones o circunstancias dolorosas que Dios ha diseñado de una forma sabia y soberana para perfeccionarnos.
Fortaleza en las aflicciones (1ª parte) Leer más »
Andar en el Espirítu es vivir una vida, donde la dirección del Espirítu Santo sea evidente en cada momento de nuestras vidas.
El hombre o la mujer, cuyos corazones han sido transformados por el poder del evangelio, deben mostrarlo a través de un hablar transformado.
El peligro de no refrenar nuestra lengua (2ª parte) Leer más »
Santiago 3:6-8 “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua esta puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y
El peligro de no refrenar nuestra lengua (1ª parte) Leer más »