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Mateo 13:44 “Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre haya y lo esconde de nuevo, y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo”.

Mateo 5:42 “Al que te pida dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”.

Daniel 4:29-30 “Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, hablo el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?”

2 Reyes 4:25-26 “Partió, pues, y vino al varón de Dios, al monte Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi: He ahí la Sunamita. Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo: Bien”.

El arrepentimiento verdadero solo puede surgir como un resultado de un trabajo interno del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu nos lleva a la fe en Cristo, él nos convence de nuestro pecado y el fruto de esa convicción es el arrepentimiento.

Hebreos 11:5 “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”.

Génesis 5:22 “Y camino Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trecientos años, y engendró hijos e hijas”.

Santiago 1:2-3 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.

2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nuevo criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Mateo 5:44 “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.