Salmos 92:12-13 “El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.”
La Biblia en diferentes momentos nos compara con árboles, en Salmos 1:3 nos dice: “será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”. La palmera es el único árbol que su copa apunta al cielo, son árboles que proporcionan sombra y dan fruto, viven cerca de 300 años sin que su fortaleza se marchite.
Dios te compara con una palmera y lo que espera de ti es que florezcas y des fruto. Mateo 3:8 nos dice: “Haced pues, frutos dignos de arrepentimiento”. Como hijo de Dios, mientras más dependas de él, mientras más vivas su Palabra, más fuerte te haces y das fruto. La palmera tiene una naturaleza maleable y no importa el huracán que atraviese pues siempre resistirá.
Cuando vives una vida en Dios, él te proporciona el alimento que necesitas y ese alimento que es su Palabra te hace fuerte y empiezas a crecer y a fortalecerte para que así puedas dar ese fruto que Dios espera que como hijo suyo des (Juan 6:35). Dios te dio un tiempo de echar raíces, ahora es tiempo que compartas, que florezcas, que des testimonio, y si atraviesas por tormentas no te caerás porque en medio de esas tormentas es donde tu recuerdas las promesas de Dios y en lugar de caerte, esas promesas te dan fuerza para volverte a levantar, (Isaías 41:10).
No importa que edad tengas, si estas plantado y bien cimentado en el Señor, esa relación con el Señor hará que tu sigas fructificando.