Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

¿Cómo tratar con la amargura?

1 Pedro 2:21-23 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”.        

Tenemos la santidad como meta en nuestras vidas, y Cristo es nuestro ejemplo y debemos seguir sus pisadas. El escritor de Hebreos en el contexto para quitar la amargura nos dice en Hebreos 12:14 “Seguid paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie vera al Señor”. La mejor manera de ser santo es seguir esta meta.

Cuando sobrevienen situaciones que lastiman nuestros sentimientos, producen rencor y otras actitudes que forman la amargura. A pesar de que la otra persona haya tenido la culpa, tú debes entregar la situación en manos de Dios. La manera más bíblica es ver la amargura como un pecado contra Dios, pues la biblia no otorga a nadie el derecho de amargarse.

Efesios 4:32 nos dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo”. El perdón trae beneficios, porque quita el resentimiento.

Cuando la biblia habla de perdón, esta palabra significa: “mandarlo fuera”; es estar poniendo toda mi ansiedad en Dios. La idea de esta clase de perdón, la vemos en Miqueas 7:19 “el volverá a tener misericordia de nosotros; sepultara nuestras iniquidades, y echara en lo profundo del mar todos nuestros pecados”. La biblia dice que Dios se olvida de nuestros pecados. Cuando te sientas tentado a enojarte, a llenarte de amargura y resentimiento por lo que te han hecho, no traigas a tu mente esos recuerdos, echa tu ansiedad en Dios, deja que él se encargue. Y si hoy tienes amargura, se libre perdonando así como Dios te ha perdonado.