Hechos 13:22 “He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón”.
Cuando escudriñas en la Palabra de Dios y lees la historia de David puedes ver la misericordia que Dios le tuvo al salmista. La Palabra de Dios dice que David fue considerado por Dios como un hombre conforme a su corazón. David no solo vivió en paz con Dios, sino que murió siendo viejo y disfrutando de esa misma paz con Dios hasta el último de sus días. Pero David cometió un gran pecado, a pesar de ello, David logro arrepentirse y aprender de su error. Dios le perdono su pecado y le dio una segunda oportunidad.
La misericordia de Dios te brinda la certeza de decir que tienes esperanza. David reconoció que anduvo mal pero se humilló ante Dios y en sus Salmos, nos exhorta a bendecir al Señor en espíritu y en verdad. En Salmos 102 puedes notar la necesidad en que se encontraba David diciendo: “Oh Señor, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina hacia mí tu oído; el día en que te invoco, respóndeme pronto”. Cuando hay un arrepentimiento genuino tus pecados son perdonados, cuando clamas a Dios. Romanos 3:23 dice que “todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios”. Sin embargo por la gracia de Dios puedes acercarte a él con corazón arrepentido y sincero, y “si confiesas tus pecados, él es fiel y justo para perdonarte, y limpiarte de toda maldad” (1 Juan 1:9).
Las faltas y los grandes errores son remediables cuando te arrepientes genuinamente y los pones bajo la sangre de Cristo. Salmos 139:23-24 dice: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. Hoy te invitó a que dejes que Dios te examine y así poder caminar en la voluntad de nuestro Dios.