Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Consolados

2 Corintios 1:3-4 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación que nosotros somos consolados por Dios”

Cuando tu vida esta obscurecida por sufrimientos y dolores de las pruebas no puedes percatarte de que aún en esas circunstancias eres consolado por Dios. Esas pruebas producen en tu vida crecimiento espiritual aunque no lo parezca. 2 Corintios 1:6 nos lo dice: “Pero si somos atribulados, es para nuestra consolación y salvación”.

El consuelo que el Señor nos brinda no es solo para nosotros, sino, para que también lo compartamos con otros, como lo indica este texto. Él nos consuela en la proporción al número de pruebas que soportamos, lo que significa que entre más sufrimos, más somos consolados por Dios, y entre más somos consolados por él, mas podemos consolar a otros que están sufriendo.

Cuando experimentamos el consuelo real en medio de la prueba, quizá el resultado más precioso es el sentido de compañerismo cristiano que sentimos. Si el consuelo de Dios nos ayuda a consolar a otros, entonces es claro que otros creyentes son afectados positivamente por lo que nosotros aprendemos de nuestras pruebas. El proceso entero nos levanta más allá de nosotros mismos y nos muestra que como parte de la iglesia local o del gran cuerpo de Cristo no estamos solos y no tenemos que pasar por las diferentes pruebas en un vacío. “Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación” (2 Corintios 1:7).

El consuelo que recibimos y el sentido de compañerismo que resulta es un gran incentivo para que cualquiera de nosotros se sienta animado en medio de las pruebas y tribulaciones, sabiendo que tales experiencias nos capacitan para ministrar como parte integral del cuerpo de Cristo. “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan” (1 Corintios 12:26)