Génesis 3:1 “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer; ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”
Muchas veces tú puedes decir que crees en la Palabra de Dios, o puedes decir que eres cristiano y que quieres servir y honrar a Dios; pero tus acciones comprueban aquello en lo que realmente tú crees.
En Génesis 3:10 dice que Adán y Eva se escondieron cuando sintieron esta profunda distancia de Dios, de su creador, esto es lo que hace el pecado en nosotros, nos lleva a escondernos de Dios. Eva escucho una mentira, se acercó a algo a lo que Dios le había dicho que no se debía acercar; pero la serpiente era astuta y burlándose de alguna manera se acercó diciendo: “¿de verdad Dios te dijo?”
Hoy día la gente hace lo mismo, se nos acercan astutos, burlones, y, ¿qué hacen? Susurran mentiras a nuestros corazones: ¿De verdad crees que está bien que le digas no al alcohol? ¿De verdad crees que está bien que enseñes que el matrimonio solo debe ser entre un hombre y una mujer? El enemigo sigue llegando a nosotros con esta voz astuta.
Satanás no puede obligarte a pecar, pero si te puede mentir y hacer dudar de la bondad de Dios, él te va mentir si te acercas a todo aquello de lo que se te ha advertido que no te acerques. ¿A qué te estas acercando demasiado? Tal vez es algo que estás leyendo o viendo en internet, alguna obsesión con la moda, con gastar mucho dinero, tal vez con alguna amistad con la que no deberías pasar demasiado tiempo.
Cuando nosotros habitamos en algo, puede significar que vivimos en algún lugar; pero también puede significar hablar, escuchar o estar en un lugar por demasiado tiempo. Y eso es lo que estaba haciendo Eva, ella estaba habitando en la mentira, escuchando a la serpiente.
Hoy lo podemos escuchar en el mundo, en los medios de comunicación, tal vez entre amistades. Cuando tu pasas muchas horas al día en internet, viendo tv, chateando, leyendo revistas, redes sociales; tú estás habitando ahí, llenando tu mente con ideas de este mundo y la Palabra de Dios nos dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
Debes habitar en la Palabra de Dios, debes llenarte de ella y conocerla bien, para que cuando te susurren una mentira tú puedas estar alerta y no habites en esa mentira.