1 Reyes 17:14 “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra”.
Otra lección que aprendemos de esta historia es que cuando esta mujer dio y soltó lo que tenía, ella fue bendecida. La pequeña cantidad de harina y de aceite fue suficiente para sustentarla por meses. En 1 Samuel 17 nos describe que aquella piedra que David lanzo contra Goliat fue suficiente para derrotarlo. El pequeño ejército de Gedeón fue suficiente para destruir a los madianitas (Jueces 7). Dios nos da suficiente para cada día. Él nos da suficiente fuerza, suficiente esperanza, suficiente gozo, suficiente fortaleza. Lo que nosotros estimamos como poco, para Dios es suficiente.
Cuando tenemos a Jesús, tenemos suficiente. Jesús es más grande que cualquier situación por la que estemos atravesando.
El nombre del pueblo era Sarepta, y quiere decir refinar. El oro necesita ser sometido al fuego para que salgan todas esas impurezas y entonces sea oro puro. Dios obra así; nos pone en momentos difíciles, y es en esas dificultades, que impurezas salen a flote; actitudes incorrectas, enojo, deseo de desquitarnos, venganza, impaciencia.
Muchas veces se revela la falta de nuestra fe y Dios quiere remover esas impurezas. Muchos sienten el peso de sus propios fracasos, otros viven con culpa y vergüenza, pero la sangre de Cristo lo ha pagado todo y en este mismo momento tú puedes empezar de nuevo.
Hechos 3:19 dice: “arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”. Tiempos de refrigerio vendrán, solo mantén tus ojos en Jesús. Cuando tus problemas parezcan ser más grandes, quita tus ojos de la grandeza del problema y ponlos en la grandeza de Dios.