Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

¡Cuidado con el placer!

1 Timoteo 6:17 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”.

Nuestro Dios es bueno y para siempre es su misericordia. El apóstol Pedro nos da ciertas recomendaciones en su primera carta para que amemos la vida. La vida está llena de cosas que Dios ha puesto ahí para que las disfrutemos, pero, ¿Cuál es el peligro entonces?

En primer lugar, buscar la diversión y el placer fuera de la voluntad de Dios.

En segundo lugar, hacer de la diversión y el placer la meta de nuestra existencia.

En tercer lugar y lo más terrible de todo, amar los deleites más que a Dios.

En 2 Timoteo 3:4 entre los grandes peligros que Pablo señala más característicos de los últimos días, es que habrá hombres que amaran más los deleites que a Dios. Una cosa es disfrutar en su momento lo que Dios nos da, y otra es que idolatremos la diversión, que vivamos para divertirnos y no para la gloria de Dios.

Los placeres vienen a ser los asesinos del alma cuando se convierten en nuestros amos. Algunos de los placeres que te gustan tienen una etiqueta que dice: ¡Peligro, veneno! Y todos los que han pasado por alto ese aviso han pagado con creces su necedad. En proverbios 5:7-13  Salomón nos advierte: “Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa; para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel, Y digas: ¡como aborrecí el consejo, y mi corazón menospreció la reprensión; no oí la voz de los que me instruían, y a los que me enseñaban no incline mi oído!”.

Este es Dios mismo hablando, teniendo misericordia y advirtiéndonos para que no lleguemos a lamentarnos después.

No dejes que tu propio corazón te engañe, ¡cuídate del amor al placer!, porque a la larga tampoco disfrutaras de la vida si haces de tu vida una búsqueda constante de placer y diversión.