Génesis 11:4 “Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una gran ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra”.
El hombre sigue siendo el mismo pecador, rebelde, soberbio, arrogante y enemigo de Dios. El ser humano hasta hoy no quiere hacer la voluntad de Dios y eso nace del mismo corazón de Caín. A Caín Dios le dice: “por tu pecado errante y extranjero serás en la tierra” (Génesis 4:12); y su reacción es: “ir al oriente del Edén y hacer una ciudad y echar raíces” contra la voluntad de Dios (Génesis 4:16-17). De la misma manera que Caín desobedece la voluntad de Dios, de la misma manera el hombre de este siglo sigue desobedeciendo a Dios, el hombre siempre querrá hacer su voluntad.
La idea de edificar una torre para querer llegar al cielo es el deseo del hombre de ser un dios. Génesis 3:5 dice: “sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. Lo que sedujo a Eva no era conocer el bien y el mal, era ser como Dios.
Hoy en la actualidad el hombre sigue yendo contra la voluntad de Dios, sigue queriendo ser como Dios, diciendo: que ahora se pueden formar nuevas familias: hombre con hombre y mujer con mujer; decidiendo quien nace y quien no nace, queriendo cambiar la genética humana, decidiendo lo que está bien y lo que está mal.
La frase “hagámonos un nombre famoso” muestra vanagloria y el deseo de exaltarse, y eso también va contra la voluntad de Dios, pues 1 Crónicas 29:11 dice: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos”.
El único que tiene derecho y tiene un nombre glorioso, es el Señor Jesucristo; pero el ser humano sigue queriendo tener un nombre y fama. La gente corre y sigue a los famosos y conocidos y eso es muy triste porque está llegando a la iglesia. ¿Cuantos ministerios o grupos de alabanza están queriendo hacerse famosos y conocidos?
No es malo que Dios haga de ti un nombre o alguien conocido, lo malo es querer hacerlo por tus propios medios, en tus propias fuerzas y sin la aprobación de Dios.
No busquemos fama, u otro camino al cielo, solo hay un camino, y es: CRISTO. Antes de seguir revelándote a Dios arrepiéntete y vive para él obedeciéndole y dándole solo a él la gloria.