Romanos 1:16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.
La palabra griega que se traduce aquí como poder, es la palabra: “Dunamis”; de donde proviene la palabra: dinamita. Pablo dice que la Palabra de Dios es el poder explosivo de Dios; pero no para destruir, sino para construir, para salvar.
Es un poder que transforma, que reconstruye una vida humana que esta despedazada, una vida que está destrozada por causa del pecado. No existe ninguna terapia psicológica que pueda hacer lo que solo el evangelio es capaz de hacer en la vida de cualquier ser humano.
Pablo sabia eso, porque ese poder obro en su vida. Él era blasfemo, un agresor, perseguía y mataba a los cristianos; pero el poder explosivo del evangelio lo trasformo, cambio por completo su perspectiva de la realidad, a tal punto que ese Jesús que antes aborrecía se convirtió en la pasión de su vida.
El evangelio es el bisturí a través del cual Dios abre los ojos de los hombres para que puedan ver y entender que ese Jesús que fue crucificado, no era otro que el Hijo de Dios, que por amor a ti ocupo tu lugar en esa cruz para saldar tu deuda con la justicia de Dios.
1 Timoteo 2:5-6 dice: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio así mismo en rescate por todos”.
No te avergüences del evangelio porque no hay otro mensaje en el mundo que sea capaz de hacer lo que solo el evangelio puede hacer.