Génesis 18:10 “Entonces dijo: de cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres”
Nuestro mundo nos dice que debemos ser autosuficientes. Muchos libros te dicen cómo puedes hacer las cosas por ti mismo; pero si quieres una relación íntima con Dios, tendrás que llegar a conocerlo, partiendo de tu debilidad y de tu necesidad, diciéndole que no tienes ninguna fuente de bendición fuera de él.
Dios le dijo a Abram que tendría descendientes, una cimiente y a través de esa cimiente (Jesucristo), todo el mundo sería bendecido.
Abraham enfrentaba el hecho de que su esposa era estéril y él era de edad avanzada, y vio que ambos eran insuficientes para cumplir lo que Dios había prometido, y pensaron en ayudar a Dios. Estaban buscando ser suficientes en ellos mismos, pero ninguno de estos planes era lo que Dios tenía en mente.
Dios quiere que sepamos que él no quiere ni necesita ninguna ayuda de parte de nosotros cuando de cumplir sus promesas se trata. Dios es completamente capaz de cumplir sus promesas y de llevar a cabo sus propósitos sin nuestra ayuda.
Dios cumple sus promesas, él siempre llega a tiempo, su tiempo es perfecto. El Señor cumplió la promesa y Sara dio a luz un hijo en su vejez, en el tiempo señalado que Dios le había dicho (Génesis 21:2).Dios quiere mostrarnos de que cuando llegamos al final de nuestra propia suficiencia, la suficiencia de él apenas comienza. Dios nos dice: “yo soy quien suple todas tus necesidades”.
Cuanto más necesitados estemos, más nos vemos forzados a depender del Todopoderoso. Cuando dependemos de él entonces se cumplen las promesas, y lo maravilloso de todo esto es que nosotros no podemos llevarnos el crédito, Dios se lleva toda la gloria.
Cuando Isaac nació todos sabían que era un milagro, Dios había hecho eso, Dios es el proveedor. Abraham tuvo que conocer su propia insuficiencia, lo inútil de depender de sus propios esfuerzos y la necedad de adelantársele a Dios de manera impaciente
Pablo dice en 2 Corintios 3:5 “no que seamos suficientes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia proviene de Dios”. Jesús enseño a sus discípulos y nos dice que “Apartados de él nada podemos hacer” (Juan 15:5), no puedes tener bendición ni suficiencia apartado de Dios. Por eso Pablo pudo decir en Filipenses 4:19 con tanta confianza “mi Dios, (el todo poderoso, el todo suficiente) suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.
Jesucristo es nuestro “Todo suficiente”; él es quien nos bendice; todo lo que necesitamos lo encontramos en él. Entonces; que necesitas, ¿fortaleza? ¿paz? ¿descanso? ¿gozo? ¿consuelo? ¿sabiduría? ¿dirección? ¿perdón?